PIRATERIA MENOR
Un informe de Darrell Panethiere desmonta con datos la afirmación de que la piraterÃa menor es inocua
Vienen más leyes, pero sólo la educación combatirá la piraterÃa desde la base. Y va para largo, porque este es un paÃs donde el copión y el aprovechado siempre han provocado una sonrisa condescendiente. A quien le falten argumentos para atacar la piraterÃa de contenidos culturales le recomiendo un informe de Darrell Panethiere publicado por los boletines de la Unesco hace ya ocho años, donde el autor desmonta con cifras y uno a uno los argumentos que sostienen que la piraterÃa cultural no es tan grave. Llega a aportar pruebas de su conexión con el crimen organizado y el terrorismo internacional (la piraterÃa y la falsificación son ya más rentables que el tráfico de drogas debido a la menor cuantÃa de las sanciones y a que la policÃa las persigue con menos dureza). Pero lo dicho, vayamos a lo pequeñito, que es el ámbito en el que se juegan los primeros latrocinios y en el que la educación tiene su mayor peso. Uno de los blogs que me gusta visitar se llama Flores y palabras, blog de una antigua compañera de trabajo, Elvira Coderch. Se da la circunstancia de que la autora tiene un gusto exquisito en las imágenes que cuelga y que muchas de las fotografÃas son obra suya. Hace poco descubrà bajo una de ellas el siguiente comentario: "Muy a menudo encuentro fotos mÃas publicadas originalmente en este blog en otras páginas de la red sin que la persona se haya molestado en poner mi nombre ni un enlace a la página de donde la sacó (Â…)". La autora pide sólo un poco de respeto y delicadeza hacia su trabajo y su tiempo. y explica que, a menudo, lo que obtiene como respuesta es el enfado del aludido (cuando, en puridad, es ella quien podrÃa enfadarse). Poca empatÃa la que existe en este terreno, ¡vive Dios!, pues es casi seguro que al usurpador de la fotografÃa le parecerá indignante que el primero que pase le robe una manualidad que ha hecho para entretenerse, pongamos una funda de ganchillo para su fiambrera. Sin embargo no ve problema alguno en piratear el trabajo desinteresado de otro. Y eso que internet proporciona excelentes herramientas para usar legalmente contenidos ajenos acogidos a Creative Commons, pero ni por esasÂ…
Asà pues, como lo de la educación va para largo y las leyes son lo que son, detecto que lo que más funciona en la red para contrarrestar los abusos es precisamente el sistema de sanciones que el buscador establece. SerÃa prolijo explicarlo aquÃ, pero resumo diciendo que el buscador se esfuerza en penalizar los contenidos no originales, y sus reglas funcionan para un blog, para un negocio o para un anuncio. RÃanse ustedes, pero yo tengo grandes esperanzas en la ética del Robot ( Googlebot para los amigos, cito a este porque no conozco a los de los otros buscadores). Además, no serÃa la primera vez que la misma mano que ha infligido la herida es la que logra curarlaÂ…
Vienen más leyes, pero sólo la educación combatirá la piraterÃa desde la base. Y va para largo, porque este es un paÃs donde el copión y el aprovechado siempre han provocado una sonrisa condescendiente. A quien le falten argumentos para atacar la piraterÃa de contenidos culturales le recomiendo un informe de Darrell Panethiere publicado por los boletines de la Unesco hace ya ocho años, donde el autor desmonta con cifras y uno a uno los argumentos que sostienen que la piraterÃa cultural no es tan grave. Llega a aportar pruebas de su conexión con el crimen organizado y el terrorismo internacional (la piraterÃa y la falsificación son ya más rentables que el tráfico de drogas debido a la menor cuantÃa de las sanciones y a que la policÃa las persigue con menos dureza). Pero lo dicho, vayamos a lo pequeñito, que es el ámbito en el que se juegan los primeros latrocinios y en el que la educación tiene su mayor peso. Uno de los blogs que me gusta visitar se llama Flores y palabras, blog de una antigua compañera de trabajo, Elvira Coderch. Se da la circunstancia de que la autora tiene un gusto exquisito en las imágenes que cuelga y que muchas de las fotografÃas son obra suya. Hace poco descubrà bajo una de ellas el siguiente comentario: "Muy a menudo encuentro fotos mÃas publicadas originalmente en este blog en otras páginas de la red sin que la persona se haya molestado en poner mi nombre ni un enlace a la página de donde la sacó (Â…)". La autora pide sólo un poco de respeto y delicadeza hacia su trabajo y su tiempo. y explica que, a menudo, lo que obtiene como respuesta es el enfado del aludido (cuando, en puridad, es ella quien podrÃa enfadarse). Poca empatÃa la que existe en este terreno, ¡vive Dios!, pues es casi seguro que al usurpador de la fotografÃa le parecerá indignante que el primero que pase le robe una manualidad que ha hecho para entretenerse, pongamos una funda de ganchillo para su fiambrera. Sin embargo no ve problema alguno en piratear el trabajo desinteresado de otro. Y eso que internet proporciona excelentes herramientas para usar legalmente contenidos ajenos acogidos a Creative Commons, pero ni por esasÂ…
Asà pues, como lo de la educación va para largo y las leyes son lo que son, detecto que lo que más funciona en la red para contrarrestar los abusos es precisamente el sistema de sanciones que el buscador establece. SerÃa prolijo explicarlo aquÃ, pero resumo diciendo que el buscador se esfuerza en penalizar los contenidos no originales, y sus reglas funcionan para un blog, para un negocio o para un anuncio. RÃanse ustedes, pero yo tengo grandes esperanzas en la ética del Robot ( Googlebot para los amigos, cito a este porque no conozco a los de los otros buscadores). Además, no serÃa la primera vez que la misma mano que ha infligido la herida es la que logra curarlaÂ…